viernes, 2 de noviembre de 2007

Sobredosis de calabazas

A algunos las bromas de Halloween se les van de las manos. Meter agujas en las chocolatinas, por ejemplo, tiene una gracia bastante moderada. Esperemos que los jueces se lo hicieran comprender en su momento a James Joseph Smith. También hay quien se excede con la decoración. Por realista que resulte el disfraz, quizá ahorcarse no sea la mejor manera de celebrar el día de los muertos. Eso sí, como atrezo es irrepetible. Por otra parte, los hay que se pasan a la hora de contactar con los muertos. Indira Gandhi, primera ministra india, abrió las puertas al otro mundo de par en par: un buen tiroteo y te ahorras cualquier médium.

Por creativas que resulten estas muestras culturales, algunos creen que la fiesta de Halloween se ha sobreimportado. Rafael Correa, presidente de Ecuador, reivindicó este año el Día del Escudo Nacional en lugar de la noche de brujas. En El Callao, una ciudad peruana, 400 niños marcharon para recordar que el 31 de octubre también es el Día de la Canción Criolla.



Al margen de motivos patrióticos, algunos encuentran también razones espirituales para enfrentarse a Halloween. Bauchavisuales, una web religiosa, aduce que "el disfraz tiene connotaciones satánicas" indicadas en la Biblia. La Arquidiócesis de México explicó que Halloween tiene un origen pagano y que fomenta el uso de unos trajes que van en contra de los ideales cristianos. En lugar de de disfraces de brujas y demonios, parece que es mejor la ropa discreta de pederasta. Miedo, al fin y al cabo, da.

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