No es un tópico decir que algunos animales son más afortunados que los humanos. Y si no que se le pregunten a los dos pavos de Indiana que han sido indultados por el hombre más poderoso del mundo en Acción de Gracias, la fiesta más emblemática de Estados Unidos.
Hablando de gracias. La última, la del ex jefe de prensa de la Casa Blanca, Scott McClellan, que ha salpicado con la... ejem.. suciedad del caso Blame al presidente Bush. Le acusa de haberle proporcionado información falsa en el caso de la ex espía de la CIA Valerie Plame y lo cuenta es su libro Lo que pasó dentro de la Casa Blanca de Bush y lo que va mal en Washington.
Es el último varapalo a la administración Bush, que no toca fondo, pero se acerca mucho. En unas fechas tan señaladas quien sabe si, de la impresión, le pasa lo mismo con el pavo que con las galletas saladas. Y es que después de recibir la puñalada del que fue uno de sus hombres de confianza, hoy es el presidente israelí, Simon Péres, quien le ha puesto la puntilla: "En teoría es posible alcanzar un acuerdo antes de que Bush abandone el cargo en enero de 2009, pero en la práctica es casi imposible".
En plenos preparativos
Lo dice en plenos preparativos de la Conferencia de Annapolis (Maryland, EEUU), en la que líderes israelíes y palestinos tratarán de "discutir sus obstáculos" y enterrar el hacha de guerra. Traducido al español (o al inglés... o al hebreo... o al árabe...), esto quiere decir que la Autoridad Nacional Palestina tiene que aceptar regresar a la fronteras de 1967 y que Palestina quede reducida a la franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalen este.
Estados Unidos quiere zanjar sesenta años de historia en Oriente Medio en menos de un año -osea antes de que Bush salga por la puerta, grande o pequeña, de la Casa Blanca-, pero va a ser complicado. Péres cree que Israel está listo para la paz... pero sin el amigo Bush por medio.
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