El circo político es cosa de números. De hilar fino. De negociaciones. Del hoy por ti mañana por mí. Te cambio este cromo por este otro y me llevo tres. Así es y así sucedió ayer. Los principales socios del gobierno se sumaron a la oposición en la votación sobre la reprobación de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Pero Maleni se salvó. Y fue gracias a... dos tránsfugas: Joaquín Calomarde, ex del PP, y Román Rodríguez, de CC. Y al PNV y el BNGA, por el arte del trueque.
El gozo de Joan Herrera, principal impulsor de la reprobación, en un pozo. Al final de la votación reconoció que el BNGA le había prometido la abstención. No sabemos qué han sacado en los Presupuestos Generales del Estado. Sí se sabe lo que ha conseguido el PNV: tres proyectos industriales para 2008. Al final, 170 votos a favor de la reprobación, los de PP, CIU, ERC, IU y CC. Y 173 en contra, los de PSOE, PNV, BNGA y los dos tránsfugas. Lo dicho, cosa de números. Y, a veces, de funambulismo.
Anécdotas:
- La ministra, muy a lo sur, llegó tarde a su propia reprobación, saludando cual torera, respondiendo así a un “oleeee” generalizado. Otra vez lo dicho, un circo.
- Emilio Olabarría, diputado del PNV, emitió su voto diciendo “no” a la reprobación al tiempo que decía “sí” con la cabeza. El presidente del Congreso le preguntó de nuevo y ejecutó el mismo gesto acompañado de la misma palabra. Política de partido. Encajes matemáticos.
- La propia Maleni se levantó para votarse a sí misma. No se libró de un sonoro abucheo.
- Vinieron hasta los 'lesionados': María Salom (PP), a punto de dar a luz, y Rogelio Barón (PP), gravemente enfermo. La Oposición quería a todos sus efectivos para poder derribar el buque. Los que sí faltaron fueron Begoña Lasagabaster (EA) y Utxue Barkos (Na-Bai).
Por lo demás, las declaraciones de los políticos, las previsibles. Que si estoy muy “contenta y agradecida” a los que me han votado (Magdalena Álvarez). Tiene cierto tufo a Operación Triunfo. Que si no esperaba que “la votación la salvaran dos tránsfugas” (Eduardo Zaplana). La ironía de Zapatero, que esperaba que “ésta fuera la votación que iba a ganar Zaplana”.
Joan Herera, erre que erre con que se deberían volcar los esfuerzos en los trenes de cercanías. Jorge Fernández (PP) echó la culpa al gobierno por la situación en las infraestructuras catalanas y Salvador de la Encina, portavoz socialista, a quién culpó fue al PP, por la falta de inversión acumulada. Y los catalanes, barriendo para casa. Para Josep Andreu (ERC) es una prueba más “de la disociación entre Cataluña y España”. Jordi Jané, de CIU, aseguró que habían primado las prisas y que su voto había sido coherente con la condena a la ministra que aprobó “el parlamento de mi país”.
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