No tendrán que pedir en la calle todavía, pero Europa quiere cortarles el chorro de dinero a los latifundistas europeos. El “chequeo médico” para la modernización de la PAC (Política Agraria Común) propuesto ayer por Comisión Europea planea dejar de engrosar las cuentas de los grandes propietarios de tierra.
Entre los más beneficiados por la PAC en en nuestro país se encuentran algunos de los nombres más ilustres de la nobleza. Los hermanos Mora Figueroa Domecq, Mario Conde o Alberto Alcocer son algunos de los apellidos de recio abolengo que aparecen en las listas de Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura, Cataluña y Aragón, únicas Comunidades que hacen pública esta información.
Una de las más afectadas por la reforma sería la Duquesa de Alba, dueña de uno de los mayores patrimonios de España. Sólo por sus posesiones en Extremadura, Carmen Eugenia Fitz James Stuart Gómez, que es como figura en el registro de subvenciones, recibió el año pasado 228 euros diarios. 9,5 euros a la hora. La cantidad total por sus 34.000 hectáreas de terreno asciende a una media de 1.800.000 anuales.
Como ella, alrededor de 5.000 propietarios residentes en Madrid recibieron el año pasado cifras millonarias a través del famoso “pago único”, es decir, a golpe de talonario. La gallina de los huevos de oro podría acabarse a partir del próximo año para ellos.
En otros países la historia se repite. La reina Isabel II de Inglaterra recibió más de 350.000 euros el año pasado. Alberto de Mónaco y multinacionales como Nestlé y Danone también cuentan con varios ceros en sus cheques.
Si el plan presentado ayer en Bruselas prosepera, los agricultores que reciban ayudas superiores a los 100.000 euros sufrirán una rebaja del 10%. Este porcentaje aumentará hasta un 20% en el caso de los pagos mayores de 200.000 euros y hasta un 45% a partir de los 300.000.
Sin embargo, la nobleza y demás propietarios que administran sus tierras desde el barrio madrileño de Salamanca pueden darse con un canto en los dientes. El máximo del 45% que podrían perder queda todavía muy lejos de la supresión total de las subvenciones superiores a los 300.000 euros que pretendía el anterior comisario, Franz Fischer.
La organización Farmsubsidy se dedica a rastrear el destino final del dinero de la PAC. Según sus datos, el 85% de las ayudas van directamente a las manos del 18% de los subsidiados, generalmente, los más poderosos.
La incongruencia en el reparto, basado durante mucho tiempo en la superficie de la explotación en lugar de en la producción, ha sido criticada hasta la saciedad por pequeños agricultores y organizaciones de todo tipo.
Intermón Oxfam es una de ellas. En el informe Goliat contra David logró extraer de la nebulosa de nombres y cifras a los Siete magníficos de la agricultura española. La cantidad que percibieron estas personas en 2003 era la misma que debían repartirse las 12.700 explotaciones más pequeñas.
José Antonio Hernández, responsable de la campaña de Comercio Internacional de la organización, considera que el sistema actual de ayudas está mal orientado. “El régimen permite que productores que no dan beneficios al conjunto de la sociedad reciban subvenciones millonarias, mientras cada año cierran decenas de miles de explotaciones familiares”, indica.
Aunque será durante 2008 cuando se decida si se cierra el grifo, todo apunta a que el chollo se ha acabado para los agricultores de andar por casa. A algunos de ellos tal vez les toque entonar en Bruselas aquello de “es mejor pedir que robar”.
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