"Top Gun" a lo Borbón

A lo mejor no se acuerda ni él, pero es el Comandante del Cuerpo General de las Armas del Ejército del Aire. Hoy ha ejercido como tal. O casi. El Príncipe Felipe de Borbón pilotó esta mañana el último modelo de avión de transporte ligero, el C-295, en la base aérea de Getafe.

Precisamente hoy era un día delicado para las Fuerzas Aéreas Españolas. El juez de la Audiencia Nacional Grande-Marlaska decidía archivar el caso de las identificaciones irregulares de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yak-42. Aparentemente ajenos a la decisión judicial, el jefe del Estado Mayor del Aire y demás altos mandos celebraron la visita por todo lo alto.

Debe de ser cierto eso de que los uniformes suben la bilirrubina, porque una de sus cuarentonas admiradoras no pudo resistirse ante la imagen del Príncipe. “¡Pero qué guapo eres!”, exclamó mientras posaba para la foto de rigor vestido de Comandante.

Para disgusto de las fans, el Príncipe se enfundó a continuación una chaqueta de aviador, a lo Tom Cruise en "Top Gun" y puso en práctica sus dotes de piloto. Antes había recibido eso que los militares llaman "briefing". O sea, un cursillo acelerado a lo CCC. El avión que conducía se aproximó a una nave cisterna Hércules y realizó un repostaje en el aire mientras sobrevolaba la provincia de Toledo.

"¿Para qué me has dicho que sirve el botón rojo?" / EFE

Los medios gráficos pudieron seguir la maniobra desde una nave similar. Eso sí, habiendo firmado previamente un documento en el que se exoneraba al Estado de toda responsabilidad por muerte o lesión. Parece que el Príncipe no es el único piloto que no inspira toda la confianza del mundo dentro del Ejército. Algunos viros aéreos un tanto bruscos impidieron que los plumillas aguantaran incólumes el trayecto sin palidecer y/o vomitar en el peor de los casos.

Una hora después, el vuelo termina sin incidentes y alguien se atreve a hacer la pregunta que ronda en todas las cabezas. "No ha aterrizado él, ¿no?"

Un miembro de las Fuerzas Aéreas responde por lo bajini: "¿La verdad? No creo".