martes, 13 de noviembre de 2007

Tramoyistas y productores se tiran los trastos en Broadway

Tercer día de huelga en el corazón de Manhattan. No parece haber solución posible a corto plazo. Telones echados. Luces apagadas. Los tramoyistas parados. Entretanto, el sindicato Local One y la Liga de Productores y Teatros no pueden ni verse. Así. Literal. Que si “no nos sentamos a negociar si no hay respeto” (James L. Claffey, líder de Local One). Que si ellos dejaron la línea de negociaciones y “se fueron directamente a los piquetes” (Charlotte St. Martin, directora ejecutiva de la liga). Por ahora, el conflicto parece irreconciliable.




El 'Rey León' se representaba en Broadway hasta el pasado 10 de noviembre


La directora ejecutiva de la liga acusó al sindicato de victimismo: “Quieren que piensen que ellos son los indefensos”. También afirmó que nadie en la negociación quiso moverse en torno a ningún tema. La disputa es, como siempre, subida salarial. Aunque, principalmente, el conflicto está en cuántas personas hacen falta para crear y mantener una función teatral. Los productores quieren que sea flexible, dependiendo de las características de la obra. El gremio pretende asegurarse un número de personas y un número determinado de horas.


“No queremos contratar a más de los necesarios y pagarles sin trabajar”. Ése es el argumento de Martin, empresaria tipo. Y así sucede en España. Como cuenta Luis Perdiguero, director técnico del Teatro María Guerrero de Madrid, el número de trabajadores técnicos en una función teatral está relacionado con las características de la obra.


¿Traducción? Parón indefinido y más de 27 teatros de Broadway cerrados. Cientos de turistas con entradas que colocar en el álbum de fotos sin estrenar. 17 millones de dólares de pérdidas diarios. No sólo afecta a las ventas de billetes, sino también a los restaurantes y tiendas del entorno. Obras como 'El Rey León'. 'El fantasma de la Ópera', 'Wicked', 'Hairspray', 'Jersey Boys', 'Mamma Mía' o 'Rent' tendrán que esperar no se sabe cuánto tiempo para poder ser representadas en el barrio neoyorquino de los musicales. Y, además, los guionistas estadounidenses siguen de huelga. La industria del espectáculo en el país que más la explota no atraviesa el mejor momento.

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