miércoles, 28 de noviembre de 2007

Receta para la paz en Oriente Próximo



Ingredientes:

Tres políticos que no pasan por su mejor momento.

- El primer ministro israelí, Ehud Olmert, flamante sucesor del moribundo Ariel Sharon, necesita un golpe de efecto para no pasar a la historia como dirigente corrupto, sino como el gurú de la paz en Oriente Medio. Su juicio se ha aplazado hasta que concluya la cita de Annapolis. Tampoco ayuda nada la mala imagen provocada por la invasión de El Líbano durante el verano del año pasado.

- Mahmud Abbas, ha sido el dirigente palestino más celebrado por Occidente, pero el que más polémica ha causado entre los propios ciudadanos palestinos. Su enfrentamiento con el ex primer ministro, Ismail Haniye, líder de Hamas, estuvo a punto de desembocar en una guerra civil. En junio Abbas destituyó a Haniye y le dio su puesto a Salam Fayad, un antiguo funcionario del FMI.

- El último ingrediente es un George Bush algo revenido, que aspira a convertirse en mediador de este hito histórico, en los últimos coletazos de su gobierno, cada día peor considerado.

Forma de preparación (de la paz)

Cocinar la paz en Oriente Medio es, en principio, muy sencillo. No sólo porque lo hayan dicho en Annapolis, sino porque la solución cuenta con el beneplácito del presidente palestino desde el primer momento: volver a las fronteras de 1967.



¿Y esto que quiere decir? Que Palestina se queda tal y como está. Esto es, partida en tres trozos: la franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalen Este.

Quedan deshechados los siguentes ingredientes:

-Hamas, que cuenta con el apoyo de gran parte del electorado palestino. Para ellos, la reunión ha sido "una pérdida de tiempo ya que ha servido únicamente a los intereses de Israel y EEUU". Este partido, considerado por EEUU e Israel como una organización terrorista, se resiste a ver a Palestina convertida en tres islas inconexas.

-Los colonos israelíes que habitan los asentamientos de Cisjordania (los de Gaza ya no existen) y que tendrían que ser evacuados, así como los partidos de extrema derecha Israel Beitenu y Shas que mantienen que, "a menos que Palestina reconozca plenamente a Israel y ponga fin a los ataques terroristas, no hay ninguna posibilidad de que Tel Aviv discuta la conveniencia de hacer concesiones".

-El propio Simón Péres, que pocos días antes de que arrancara la cumbre de Annapolis se mostraba muy escéptico ante un posible acuerdo mediado por el presidente Bush.

¿Cómo crees que quedará este plato?

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