-El condado de Orange, en Estados Unidos, depurará aguas residuales para abastecer a 2,3 millones de personas
Agua que no has de beber, déjala correr. Ésto es lo que se hacía hasta ahora al tirar de la cadena, pero desde el viernes, en el condado de Orange -California-, una enorme planta reciclará 318 millones de litros de agua residual procedente de los retretes de los ciudadanos. El líquido, tal como informa el New York Times, pasará por filtros, pantallas, productos químicos y luz ultravioleta. Después no irá directamente al grifo de los vecinos sino que será vertido en los acuíferos por donde circulará un tiempo -en el que también se purifica el agua- hasta abastecer a más de dos millones de personas.
Otros lugares de Estados Unidos como la ciudad de San Diego y el área de San José, los estados de Florida y Texas estudian la viabilidad de proyectos similares, y cerca de una docena de compañías en todo el país ya han puesto en marcha esta medida. Pero el condado de Orange -OC- estrena la mayor planta depuradora del mundo. Éste condado, que sufre restricciones de agua desde hace tiempo, ha sido tradicionalmente el lugar de vacaciones de la jet set estadounidense. Allí veraneó el presidente Kennedy y allí se casó su hijo John John. Quizás algunos vecinos echen de menos la elegancia de aquellos ahora que tendrán que beber agua reciclada del retrete de, por poner un ejemplo, Paris Hilton. Y es que a pesar de que el agua se depurará durante un tiempo en los acuíferos subterráneos, los desconfiados ya han bautizado la iniciativa como "del water al grifo".
Algunas voces apuntan a los posibles problemas de salud y a la carestía de la planta de depuración -481 millones de dólares- para criticar el proyecto. El director general de la compañía de aguas de el condado de Orange, Michael R. Markus, sin embargo, defiende que el agua es de la misma calidad que la destilada y asegura que estas plantas "florecerán en lugares donde haya serias restricciones de agua". Con los embalses españoles al 42% y la desertización de la península pisándonos los talones podría ser una solución. ¿O no?
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