miércoles, 28 de noviembre de 2007

La labor del negociador en el motín de Picassent

Cuatro presos de la cárcel de Picassent tomaron ayer como rehenes a tres funcionarios del centro. Tras intensas horas de negociación los tres trabajadores fueron puestos en libertad, al parecer, sin haber sufrido daño alguno. Una de las razones es la labor del equipo negociador que trabajó sobre el terreno, compuesto por miembros de la Guardia Civil, los psicólogos de la prisión y la jueza de guardia de instrucción de Picassent.

Según fuentes de la Guardia Civil, los amotinados depusieron su actitud "por cansancio", al darse cuanta de que ninguna de sus peticiones era atendida y que no gozaban de mucho apoyo entre los 24 internos restantes que integran el módulo de presos conflictivos del centro valenciano. En la resolución del conflicto jugó un papel clave la jueza de Picassent, quien garantizó a los rebeldes su traslado y su integridad física, tal y como ellos habían demandado.

Eddie Murphy trabajó como negociador en una de sus películas

Una dotación de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil se desplazó desde Madrid hasta la prisión valenciana. Esta unidad está especializada en la liberación de rehenes, y en ella siempre viaja un negociador, que es el encargado de llevar el peso del diálogo con los amotinados.


Según la Guardia Civil, en primer lugar, los internos solicitaron drogas. Los negociadores decidieron que no era procedente suministrar las sustancias estupefacientes. Entonces, rebajaron la solicitud a una caja de tranquilizantes. Los negociadores consultaron a los médicos del centro, quienes desaconsejaron la acción. Otra vez, su petición era denegada. Entonces, el encargado del diálogo prosiguió con su objetivo de liberar a los rehenes.


En ningún momento, según las fuentes consultadas, la salud de los funcionarios corrió peligro. Los agentes de la Guardia Civil siguieron con su estrategia: tranquilizar a los presos y "darles correa" hasta que el cansancio hiciera su trabajo. Además, contaron con la colaboración definitiva de la jueza de guardia de Picassent. Según el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, los responsables del centro solicitaron la presencia de la juzgadora hacia las 2.30 de la madrugada, pues los propios amotinados habían exigido la presencia de un juez en la negociación.

Entonces la magistrada se acercó a los reclusos y leyó un documento para garantizar su traslado e integridad física en caso de deponer su actitud. Así fue, y finalmente liberaron hacia las 6.00 de la mañana al último de los rehenes. También los psicólogos del centro penitenciario jugaron un papel importante.

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