jueves, 22 de noviembre de 2007

A pocos pasos de la gloria

Abres los ojos. Miras el móvil. Son las diez de la mañana. Te tienes que poner las pilas. A las once tienes la prueba. La haces. Aunque intentas lo contrario, te ilusionas. Miras el móvil. No hay llamadas. A la una tienes otra. Cambias el chip. Ya se pondrán en contacto contigo. Llaman al móvil. Te ilusionas. Pero es tu casero. Debes dos meses de alquiler. Por la tarde repartes publicidad. Hay que sacar pelas de lo que sea. Tu teléfono no suena. Es la hora de poner copas. Y a la cama. A seguir soñando. No hay duda. Eres actor.



Samuel, José y Chus pugnan por un sueño

No eres ni Javier Bardem ni Penélope Cruz. No tienes un Goya ni un Oscar, aunque los anhelas. Ni siquiera eres el protagonista ni el secundario de una teleserie. Eres un actor con ilusión. Y luchas, pero no llega la oportunidad de tu vida. Es el caso del 90% de los intérpretes. Pero igual que dicen que todos estamos a menos de cinco pasos del Rey, cada actor está a otros tantos del director con el que siempre ha soñado trabajar.





Chus, madrileña, 28 años, actriz. Admira a Julio Médem. Es su vecino. Un paso. Aún no se ha atrevido a entregarle su videobook. Su momento de gloria fue un pequeño papel en 'La vida mancha', de Enrique Urbizu.



José, catalán, 31 años. Su realizadora fetiche es Isabel Coixet. Ahora conoce a Chus. Ella ha trabajado en la Fundación First Team, creada por la actriz Asumpta Serna, con el representante de Leonor Watling. La cantante de Marlango ha sido musa de la Coixet. Cuatro pasos. Dónde más gente le ha visto ha sido en una 'publi' de Jóvenes Cooperantes, emitida incluso por TVE Internacional.



Samuel, canario, 29, actor de profesión, camarero por obligación. Desearía ser dirigido por Marcelo Piñeyro. Federico Luppi es vecino de un amigo suyo. Tres pasos. Una vez salió en la Televisión Canaria manejando marionetas.



Diana, 27, vallisoletana, bailarina y actriz. Le apasiona Almodóvar. Un amigo guionista trabajó con el que fue asistente personal del director manchego. Tres pasos. Ha bailado en varios programas de televisión, como 'Operación Triunfo' o 'Un paso adelante'. Ha tenido más suerte que los demás. Sobrevive haciendo lo que más le gusta: bailar e interpretar. Acaba de estrenar un proyecto propio de danza-teatro que ha producido, escrito, dirigido e interpretado.


La teoría se cumple. A tan pocos pasos del sueño y tan lejos de lograrlo.


Si no lo he conseguido a los 35, lo dejo
Todos tienen a su alrededor gente que les presiona para que se busquen un trabajo “de verdad”, con nómina a fin de mes y un contrato indefinido. Pero, según Chus, todos los que conoce que se han marcado plazos, “han terminado dejándolo”. Y ella no quiere dejarlo. “De momento no tengo plazos”, comenta Samuel, “no sé si te diré lo mismo cuando tenga 50 años”. Para José lo importante es ver que hay una evolución cada día, “que a cada paso vas mejorando”. Diana es una luchadora constante. “No puedes desfallecer”. No debe venirse tu mundo abajo porque no te cogen en un casting.


Lo del representante, imposible
En eso coinciden todos. Es la pescadilla que se muerde la cola. “Los representantes te buscan a ti, no tú a ellos”. Para trabajar contigo te piden juventud y experiencia, cosas difíciles de combinar. “Si sales en una serie o una película, por tus propios medios, verás cómo vienen a buscarte a ti”. Lo malo es que, según Samuel, al final siempre ves los mismos rostros en la tele o en el cine.


De hablar con actores se aprende mucho. Ves lo que es la lucha constante. La vocación. Los altibajos. Los miedos. Los deseos. El todo por un sueño. El optimismo. El pesimismo. Las ganas de aprender. El reciclaje constante. La capacidad de observación. El dominio de los gestos, del cuerpo. Son jóvenes y tienen sueños. No están dispuestos a renunciar a lo que quieren. Así da gusto. Lástima que no haya un Goya o un Oscar a la constancia y la fé en sí mismo.

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