En realidad fue a Villar del Río, el pueblo que Luis García Berlanga imaginó para su mítica 'Bienvenido Mr. Marshall'. Hoy, presentación de libro y charanga incluida, la Academia del Cine ha rendido homenaje a su presidente honorífico. El director valenciano tiene 86 años y su salud flaquea. Por eso no ha asistido al acto. Los que sí lo han hecho han sido algunos de los figurantes de aquella película, que catapultó Guadalix de la Sierra a las portadas de los periódicos y a Berlanga a la élite de la cinematografía. Y eso que estaba casi recién salido de la Escuela de Cine.
“Americanos, os recibimos con alegría. Olé mi mare, olé mi suegra, olé mi tía”. Al son de la mítica canción de la película se han presentado en la puerta de la Academia algunos habitantes de Guadalix de la Sierra. El alcalde del pueblo madrileño se lamentaba en el acto de que su localidad ahora es más conocida por 'Gran hermano', el reality de Telecinco, que por la película de Berlanga.
Enrique Urbizu (director). Víctor Matellano (escritor del libro 'Rodando... Bienvenido Mr. Marshall). Manuel Alexandre. Jorge Berlanga (guionista e hijo del director). Ana Arrieta (directora general de la Academia). Teddy Villalba (productor). Han sido algunos de los asistentes al evento. Pero Berlanga no es sólo el director de 'Bienvenido Mr Marshall'. El valenciano es, según el actor Manuel Alexandre, que participó en aquel film, uno de los dos o tres grandes del cine español.
Berlanguiano. Dícese de algo relativo a Berlanga. Es decir, festivo, satírico, popular, burlón... hasta erótico. Además de recibir a Marshall, constituyó 'Esa Pareja Feliz' junto a Juan Antonio Bardem. Gritó 'Novio a la vista'. Fabuló con 'Calabuch'. Esquivó a la censura en el día del medio, 'Los Jueves, milagro'. Eso sí, siempre se mostró 'Plácido', incluso cuando Ingmar Bergman le quitó el Oscar en 1963. Se convirtió en 'El verdugo' del Régimen. Lo hizo todo a 'Tamaño natural' y sin complejos. Y si alguien le decía algo sacaba 'La escopeta nacional' o se enfrentaba a 'La Vaquilla'. Y se reía de todo, de 'Moros y Cristianos'. O si no, 'Todos a la cárcel'. Su penúltimo viaje, 'París-Tombuctú', le llevó a 'El sueño de la maestra'. Y, aunque sigue con nosotros, dejó de hacer cine. Pero no de hablar.
Y lo hace así. “Al tercer día de nacer ya me estaba cagando en la sociedad española. Siempre he tenido la sensación de que no iba a tener nada positivo, y he intentado crearme válvulas de escape. La principal es el erotismo, una de las pocas cosas que me asciende desde el nivel del barro y de la mierda de esta sociedad que me ha tocado... Dice Piccoli que soy el Quijote. ¡Tendría que ser el marqués de Sade!”. Es un extracto de texto publicado en El País. Si quieren aprender, léanlo.
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