viernes, 2 de noviembre de 2007

No olviden supervitaminarse y mineralizarse




Super ratón ya está aquí. El animalillo puede correr seis horas seguidas sin cansarse a una velocidad de 20 metros por minuto. Y no sólo eso: vive más tiempo, es más activo y puede procrear a edades en las que otros ratones están con un pie en el otro barrio. Semejante portento de la naturaleza es el resultado de un experimento dirigido por Parvin Hamiki y publicado en la revista Journal of biological chemistry.


Hamiki y su equipo consiguieron, mediante una mutación, sobreexpresar una enzima, la PEPCK-C, que acelera la producción de energía para el consumo metabólico. Es decir, que genera más combustible para el organismo. Por eso no aparece la sensación de cansancio, y el roedor puede seguir en su rueda, dale que te pego, durante horas y horas. Para sí querrían esta resistencia algunos deportistas. Algunos médicos suspirarían también por poder modificar genéticamente a esos deportistas y dejarse de EPOs, nandrolonas y sangre hiperoxigenada. Pero no va a ser posible, al menos por el momento.


Xosé R. Bustelo es un científico español del CSIC cuyo equipo desarrolló un ratón modificado genéticamente para estudiar las enfermedades cardiovasculares. Él explica que las mutaciones logradas en los ratones son sólo indicadoras de cómo se comportan determinados genes y proteínas y esto sirve como estudio de enfermedades y de fármacos. "El doping genético está muy lejos", afirma Bustelo. Y es que para que un humano pueda sobreexpresar la enzima PEPCK-C como súper ratón, habría que manipularlo genéticamente desde el feto. Y esto no está permitido, "salvo para casos de enfermedades graves hereditarias". Vamos, que nada de Lance Armstrong a la carta.

El de súper ratón no es el único estudio con roedores cuyos resultados serían aplicados con gusto por algunos humanos. El pasado julio un equipo de investigadores suizos logró revertir los efectos de la cocaína en ratones de laboratorio. El estudio, dirigido por Christian Luscher, identificó primero los receptores cerebrales de la cocaína y su funcionamiento para después bloquearlos, de manera que dichas células no sufrieran ningún efecto tras el consumo. Luscher aseguró que estos avances podrían ser útiles en el tratamiento de las adicciones. Así que puede que el dopaje genético aún no sea posible, pero quizás otros deportistas, como Martina Hingis o el mismísmo Maradonna pudieran estar interesados en el experimento suizo.

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