La subida del precio del petróleo es, para casi toda la población, una mala noticia. La excesiva dependencia exterior de crudo de la Península Ibérica aumenta los gastos diarios de los ciudadanos con cada nueva subida del oro negro. El precio del barril roza ya los temidos 100 dólares, pero el euro puede ayudarnos a llegar a fin de mes porque su valor es mayor que el del billete verde.
España importa el 99,5% del gas y del petróleo que consume, según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. La principal consecuencia del encarecimiento de este producto de primera necesidad -sus derivados se utilizan para elaborar multitud de productos- es que cuesta más llenar el depósito del coche. Desde enero, el precio de la gasolina sin plomo 95 y del gasóleo ha crecido un 11%.
Además, el aumento del precio del crudo hace que las empresas que utilizan esta materia prima suban el importe de sus productos. Es el caso de las aerolíneas, que aumentan las tarifas cuando tienen que gastarse más dinero en combustible (a pesar de que la mayoría tienen contratados seguros para evitar subir el precio de los billetes).
Lo mismo ocurre con los transportistas. Al final de la cadena de producción el que soporta la subida es el cliente final. Fuentes de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) indican a Gallinejas y Entresijos que la escalada "afecta a todos los sectores de la economía", ya sea en su proceso de manufacturación como en el de distribución.
Otra consecuencia es la incertidumbre que genera un petróleo caro sobre los mercados de valores, que hace que las empresas de los sectores mencionados sean más vulnerables a sufrir caídas en bolsa. Los pequeños inversores que tengan acciones de este tipo de compañías deberán estar atentos a las cotizaciones.
La cesta de la compra, más cara
Por último, no se puede olvidar la influencia sobre el Índice de Precios al Consumo (IPC), que mide el coste de la cesta de la compra. Esta variable se situó en octubre en el 3,6%, según el indicador adelantado, frente al 2,2% del mes anterior, debido a la escalada del petróleo. El Gobierno tiene como objetivo un IPC del 2% -como todos los países de la zona del euro-, y un barril caro afecta a la planificación económica.
Tal como explicó el pasado viernes la presidenta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), Maite Costa, "la revalorización continuada del euro en relación al dólar atenúa el encarecimiento del barril". Por lo tanto, mientras los mercados internacionales mantengan el billete verde como la moneda de cambio, España tendrá una cierta ventaja por estar en Europa.
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