Aznar ha vuelto al Congreso. Lo ha hecho con todas las miradas puestas en él y como estrella absoluta de su partido. Hoy, en la Sala de las Columnas, se homenajeaba a Gabriel Cisneros, uno de los "padres" de la Constitución. Pero el verdadero protagonista ha sido Aznar. A su derecha se sentó a Eduardo Zaplana. Más desplazado y depués de Manuel Marín, se colocó Rajoy, con quién Aznar no se fotografió y apenas intercambió palabras.
A su llegada al Congreso, con veinte minutos de retraso porque, al parecer, él también pilla atasco, el ex presidente no tenía ganas de polémica. Los periodistas le abordamos preguntándole por la petición de los abogados de Ibarretxe de citarle a declarar ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. "¿Cómo va el Real Madrid?", nos contestó. Ante la insistencia de Gallinejas y de la multitud de medios de comunicación presentes, José María Aznar zanjó con un "No tengo nada que comentar".
Parece que Aznar quería respetar el homenaje póstumo que el Partido Popular le rendía a su compañero, "Vengo a homenajear a un gran amigo". A la salida no quiso hacer declaraciones y se despidió con un "Adiós a todos", muy al estilo "rock star", sonriendo, gesticulando con las manos y moviendo su larga melena.
Como en todos los homenajes, éste también ha estado repleto de elogios. Sus compañeros, y también el presidente de la Cámara Manuel Marín, han recordado el destacado papel político de Gabriel Cisneros, que fue diputado desde 1978, y murió el pasado mes de julio en Murcia, aquejado de una grave enfermedad.
A algunos, como Jaime Ignacio del Burgo, las lágrimas le interrumpieron el discurso. Otros como Mariano Rajoy, aprovecharon para atacar a la oposición. "Hay gente que ha olvidado lo que es y lo que significa la Constitución", dijo el candidato a Presidente. Aznar quiso destacar el carácter patriota de Gabriel, "Fue, ante todo, un gran patriota. Creo que ésta es una de las cosas más bonitas que se pueden decir de una persona".
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