Un día después de la lectura de la sentencia del juicio por el 11-M, en el número 17 de la calle Tribulete la sensación de normalidad es aplastante. Allí es donde estuvo el locutorio desde el que se fraguaron los atentados terroristas que hace tres años dejaron 191 muertos en Madrid. Uno nuevo se levanta, esta vez regentado por paquistaníes, y una torre de babel de voces extranjeras se confunden entre sí.
Ya han pasado más de tres años y nadie quiere hablar sobre el tema y mucho menos decir su nombre. Las respuestas acerca de la sentencia sobre el atentado son invariablemente recelosas. “No tengo ni idea de eso”, “Hace muy poco tiempo que vivo aquí”, “Sobre ese tema no tengo ninguna opinión”, “Yo no sé nada” y un largo etcétera de comentarios esquivos salen de carnicerías islámicas, fruterías internacionales, restaurantes árabes y demás negocios frecuentados por magrebíes. En el restaurante “La Alhambra”, donde en su día se dijo que comían los yihadistas, el silencio es absoluto y las miradas, heladoras.
Lavapiés es, en realidad, como un pueblo: aquí todo el mundo se conoce y es la buena convivencia la que está en juego. Una joven marroquí explica que los atentados del 11-M son un tema muy delicado que ha perjudicado a la imagen de la comunidad musulmana residente en Lavapiés y en todo Madrid. “Ha habido mucho rechazo hacia la gente de mi país, yo incluso llegué a quitarme el pañuelo porque sentí que la gente me miraba mal”, asegura. “Hay que intentar normalizar todo lo concerniente a esta tragedia”, añade.
Ya han pasado más de tres años y nadie quiere hablar sobre el tema y mucho menos decir su nombre. Las respuestas acerca de la sentencia sobre el atentado son invariablemente recelosas. “No tengo ni idea de eso”, “Hace muy poco tiempo que vivo aquí”, “Sobre ese tema no tengo ninguna opinión”, “Yo no sé nada” y un largo etcétera de comentarios esquivos salen de carnicerías islámicas, fruterías internacionales, restaurantes árabes y demás negocios frecuentados por magrebíes. En el restaurante “La Alhambra”, donde en su día se dijo que comían los yihadistas, el silencio es absoluto y las miradas, heladoras.
Lavapiés es, en realidad, como un pueblo: aquí todo el mundo se conoce y es la buena convivencia la que está en juego. Una joven marroquí explica que los atentados del 11-M son un tema muy delicado que ha perjudicado a la imagen de la comunidad musulmana residente en Lavapiés y en todo Madrid. “Ha habido mucho rechazo hacia la gente de mi país, yo incluso llegué a quitarme el pañuelo porque sentí que la gente me miraba mal”, asegura. “Hay que intentar normalizar todo lo concerniente a esta tragedia”, añade.
Los atentados del 11-M se prepararon en un locutorio de la calle Tribulete, en el céntrico barrio de Lavapiés / Travelling in Spain
Los vecinos españoles, algo más receptivos pero igualmente reservados, se deshacen en los clásicos comentarios al estilo “nunca lo hubiésemos pensado, era un vecino de lo más amable” o “ya decía yo que veía cosas raras ahí”. El barrio en el que se mezclan lo castizo y lo multicultural en su máxima expresión ha recibido entre murmullos la sentencia.
Algunos se atreven a mostrar la indignación y el dolor de los recuerdos; los más, creen que es hora de dejar atrás desconfianzas. “Gente mala hay en todas partes”, sentencia una vecina. Las paredes en las que durante meses hubo pintadas de tiza que deseaban que los responsables se pudrieran en el infierno hace mucho tiempo que fueron borradas y lo mismo debe hacerse con los recelos.
A casi nadie le apetece recordar en público a sus antiguos vecinos, aquéllos que, a la postre, resultaron ser terroristas asesinos. Un comerciante “de los de toda la vida”, cuyo negocio se encuentra frente al locutorio que regentaba Jamal Zougam, recuerda al recién condenado a más de 40.000 años de cárcel como un chico algo “chulillo” y “creído” que hacía con las chicas lo que le daba la gana.
Él no acaba de creerse que fuera capaz de hacer algo así. “Le iba muy bien el negocio, no sé qué necesidad tenía”, indica. No obstante, recuerda haber oído “vivas” a Bin Laden el 11 de septiembre de 2001 y dice que hace unos años era normal que “El Chino” frecuentara la calle.
Incluso asegura que cuando los medios de comunicación difundieron la fotografía de Abu Dahdah, miembro de Al-Qaida condenado por participar en los atentados del 11-S, reconoció al hombre que, de cuando en cuando, se dejaba caer por el barrio para hablar con algunos marroquíes. Divagación o realidad, la huella de los terroristas pervive discretamente en la calle Tribulete.
Algunos se atreven a mostrar la indignación y el dolor de los recuerdos; los más, creen que es hora de dejar atrás desconfianzas. “Gente mala hay en todas partes”, sentencia una vecina. Las paredes en las que durante meses hubo pintadas de tiza que deseaban que los responsables se pudrieran en el infierno hace mucho tiempo que fueron borradas y lo mismo debe hacerse con los recelos.
A casi nadie le apetece recordar en público a sus antiguos vecinos, aquéllos que, a la postre, resultaron ser terroristas asesinos. Un comerciante “de los de toda la vida”, cuyo negocio se encuentra frente al locutorio que regentaba Jamal Zougam, recuerda al recién condenado a más de 40.000 años de cárcel como un chico algo “chulillo” y “creído” que hacía con las chicas lo que le daba la gana.
Él no acaba de creerse que fuera capaz de hacer algo así. “Le iba muy bien el negocio, no sé qué necesidad tenía”, indica. No obstante, recuerda haber oído “vivas” a Bin Laden el 11 de septiembre de 2001 y dice que hace unos años era normal que “El Chino” frecuentara la calle.
Incluso asegura que cuando los medios de comunicación difundieron la fotografía de Abu Dahdah, miembro de Al-Qaida condenado por participar en los atentados del 11-S, reconoció al hombre que, de cuando en cuando, se dejaba caer por el barrio para hablar con algunos marroquíes. Divagación o realidad, la huella de los terroristas pervive discretamente en la calle Tribulete.
Lavapiés, considerado por muchos el ejemplo de la buena integración de los inmigrantes y un crisol de culturas, fue la tierra donde se plantó el germen de los atentados más sangrientos de la historia de España. La convivencia no saltó por los aires pero el idealismo le salió a más de uno por el tiro de la culata.
1 comentario:
EL LIBRO DE LA SEÑORA DEL JUEZ
Rafael del Barco Carreras
No me llama la atención que la señora Elisa Beni, periodista célebre en su casa y la propia Audiencia, escriba un libro. Si la enorme incidencia de la televisión convirtió el impresionante cráneo de su señor marido Don Javier (Fernando Alonso) Gómez Bermúdez en el más célebre durante cuatro meses, impactando, pues ¡a sacarle provecho!. En mi artículo sobre el juicio, tuve más insultos que lectores. Así pues no insistiré sobre un Sistema Judicial que al parecer ya les va bien a la mayoría. Hasta que sufren uno de sus innumerables atropellos, y se desvanece la romántica idea que la Justicia existe, pasándose a despotricar, y descubriendo que no tenía ni idea de cosas tan simples como que ese presidente de la Sala, y todos los presidentes de Sala, son amigos de sus colegas (y si son enemigos puede que sea peor) con quien juzgarán trasformándose en una sola voluntad e intereses. Nunca me hizo gracia el chascarrillo; una Sala la componen, el presidente, el ponente y el durmiente. Y lo único que se le ocurre ante el libro al ofendido compañero de Tribunal es invocar la amistad.
“La soledad del juzgador”, sí, un solo hombre decide miles de años de cárcel y sobre el dolor y sentimientos de las familias de las víctimas. La sentencia, ni bien ni mal, otro producto del Sistema. Un sistema surgido de siglos de dictadura, lejano a cualquier concepto democrático. Y a la AMIGOCRACIA se une la ENDOGAMIA, siempre unidas cuando el cotarro y presupuesto público se reparte por oscuros caminos, la señora Gómez aporta a la economía doméstica otro sueldo oficial de la propia (de posesión) Justicia.
La sentencia se construiría entre una jefa de prensa, una sociedad mercantil para el provecho posterior, y al aire que dictaran los medios, contentando a los más (en definitiva posibles compradores del libro) que ya decidieron la culpabilidad y hasta quien NO FUE (la ETA) en el juicio paralelo.
Ver…www.lagrancorrupcion.com
Pero a pesar de los insultos, repetiré mi escrito del 4 de julio, recién terminado el juicio. Y aunque me repito por enésima vez en personajes y conceptos, como me aconsejan los ya crecientes lectores y amigos de INTERNET…no importa, la gente se olvida por comodidad… eso de la Justicia, para la mayoría, es cosa de otros, como los accidentes… hasta que le ocurren a uno.
SOBRE EL “11 M”, Y NUESTRO PECULIAR SISTEMA JUDICIAL.
Por Rafael del Barco Carreras
Tras cuatro meses de juicio, según la Televisión Pública o los medios adictos al Poder, TODAS LAS TELEVISIONES, y el gran Grupo PRISA, no cabe duda de que los acusados son los autores y la teoría de la conspiración un puro derrame cerebral o pataleta de los del Partido Popular, y de leer El Mundo y oír la COPE, ni de lejos se ha probado nada más allá de una cascada de corrupciones policiales acusando a sus propios confidentes, pruebas prefabricadas o amañadas en el inframundo del tráfico del hachís, hilvanando una novela. Se podría afirmar que si los tres jueces, o SOLAMENTE DOS, se decantaran por una u otra de las ideologías que “parece” conforman las fuerzas políticas españolas, los acusados saldrían condenados o libres. Y si nos atenemos a la visible politización de los medios jurídicos y hasta diría de la “profesión jurídica” en todos sus campos y especialidades, jueces, fiscales y abogados, dándose la paradoja, que generalizando, el Régimen es dominado en un curioso y abusivo porcentaje, lejos de la mayoría de las demás “democracias”, por los “abogados”, decantarse por una u otra opción, transformando las pruebas EN DOGMA DE FE POR SU REAL SOBERANÍA, es más una interesada arbitrariedad que sentido de Justicia. Y lo que podría provocar el dominio de una “escuela” en cuanto su aplicación de “doctrina y leyes”, no crea más que un caos “controlado” por oscuros intereses, donde otro de los “negocios” la eternización, enfeudando al cliente y la sociedad a un estamento “profesional”.
Para quien como yo sufrió el Sistema, descubriendo a través de veinte años, además de la “total corrupción” de quienes me acusaban los “socialistas barceloneses” de “Serra y Maragall”, en perfecta o interesada asociación con los De la Rosa y la íntima relación de sus abogados Juan Piqué Vidal y Rafael Jiménez de Parga con el mío Luis Pascual Estevill, de tan corrompida idiosincrasia que los dos grupos, cada uno por su lado, unos con FILESA O TIME EXPORT, chantajearon o extorsionaron a empresarios (puede que hasta a De la Rosa), y según la prensa “los primeros espadas en la abogacía barcelonesa” lo hicieran con sus “clientes empresarios”, dudo muy mucho de ese y cualquier juicio donde se litigue con grandes intereses gubernamentales de por medio (y en los otros tampoco por su gran número y farragosas instrucciones). Y puesto que en cualquiera de los “grandes temas” se involucran siempre intereses de “gobierno y partido” porque legal y burocráticamente el Gobierno y Estado lo envuelve absolutamente TODO, tanto lo estrictamente legal como por la enorme corrupción el mundo del delito, donde abarcaríamos desde la muy rentable “doble contabilidad”, delito fiscal, hasta la droga o prostitución, ¿DIEZ, VEINTE, TREINTA, o los que sean, BILLONES de las antiguas pesetas al año?, TODO ES POSIBLE. Y en España no hay MAFIA que triunfe de no incardinarse, o simplemente creada en el “mundo funcionarial-político”. Lo saben bien mafiosos franceses e italianos (invadiendo España tras la muerte de Franco), primero, y del Este y sudamericanos después, que sufrieron la “efectividad policial española”, al actuar por “libre”. Conocí a muchos de ellos en la cárcel.
Cualquier abogado, casi todos, coinciden en la respuesta de que otros SISTEMAS, democráticos, de elecciones directas de fiscales y hasta jueces o policías, de jurados mixtos o total, de doble instancia sin paliativos (donde los jueces son más árbitros que reyes de Taifa), de división ABSOLUTA de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, también son susceptibles de CORRUPCIÓN Y ERRORES JUDICIALES. Pero los demás no van contra dirección, somos nosotros, y Manuel Jiménez de Parga (fundador y socio del bufete con su hermano Rafael, a los que no les molestó la Ética, Moral y Reglamento Profesional al actuar de acusador cuando los hechos involucraban a sus también clientes Banesto, Garriga y De la Rosa), un interesado demagogo cuando como Presidente del Tribunal Constitucional, a la condena de la ONU contra España por incumplimiento de La Carta de Derechos Humanos en cuanto a la sustitución de la DOBLE INSTANCIA por los complejos recursos al SUPREMO, solo se le ocurrió que la ONU no tenía jurisdicción, y que nuestro Sistema garantizaba los derechos del justiciable.
En mi caso no garantizó nada (hasta se perdió un recurso al Supremo, tirado a la papelera por una mujer de la limpieza, publicado por El País en f. 8-3-83), y por lo vivido en la cárcel, el Sistema solo garantiza que la marcha atrás en cualquier error sea más que imposible y embarullado de no interceder la GRAN ARBITRARIEDAD de los jueces y su pirámide burocrática de Poder. Un triste ejemplo los dos marroquíes violadores que por los 93 conocí en la enfermería de Brians (yo trabajando para redimir al máximo y ellos “aislados” por seguridad), tan desorientados que rezaban cara a Madrid en lugar de La Meca, y que al advertírselo se convirtieron en amigos míos, uno muerto en prisión y otro liberado QUINCE AÑOS DESPUÉS, ya cumplida la condena, cuando el ADN, detenido el verdadero violador, demostró que de algunas de las violaciones de que fueron acusados no eran los autores. Y a la Prensa, justificando, solo se le ocurre publicar que se “parecían”, para su desgracia NADA más allá que la vulgaridad de rostros de la “perra vida”.
Figurarse una Sala de Justicia con Luis Pascual Estevill (que ni de lejos es un “caso aislado” como predicaba el ínclito Fiscal Jefe Vitalicio de Barcelona, José María Mena, uña, carne y sucesor del gran Carlos Jiménez Villarejo, los dos declarados de “izquierdas” del PSUC) y amiguetes…y en el Supremo otros de la cuerda…!Da vértigo!...y le puede suceder a cualquiera…en ese orden de cosas transitamos por tan viejas carreteras, reconstruidas y perfeccionadas en el refinado franquismo, que los accidentes ante la masiva circulación actual…son MASIVOS, y siempre atribuidos a fallos del conductor víctima…
Si la corrupción marbellí ha comportado NOVENTA Y PICO DETENIDOS E INVOLUCRADOS (y aun faltan de más arriba), y EN BARCELONA SE DETUVO Y RETUVO A TRES de escasa o nula incidencia en el gran desfalco…ALGO FALLA MASIVAMENTE EN NUESTRO SISTEMA…más allá de los lógicos fallos humanos…
Y para detalles consultar www.elconsorcio.net donde encontrarán casi todo mi libro no editado “Barcelona 30 años de corrupción”.
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