martes, 6 de noviembre de 2007

Los verdes dejan el grifo abierto


Olvida las aguas traídas desde el otro lado del globo y las botellas de diseño. El agua envasada, sinónimo durante años de modernidad urbana y vida sana, se ha convertido en los últimos meses en un símbolo de despilfarro y falta de compromiso con el medio ambiente. En julio, el ayuntamiento de Nueva York pidió a sus ciudadanos que bebieran del grifo porque el transporte del líquido desde lugares como Tasmania, Australia o la Patagonia le cuesta al medio ambiente bastante más de lo que beneficia al consumidor. Por no hablar de los desechos que generan las botellas, que el packaging, aunque sea de diseño, acaba siendo residuo.


Por eso, y porque el agua corriente de Nueva York es "deliciosa", el ayuntamiento puso en marcha una campaña en la que se regalaba una botella a cada ciudadano para que la rellenara con agua del grifo. Los restaurantes de moda de la ciudad se unieron (algunos habían comenzado unos meses antes en todo el país), y medios como el New York Times no tardaron en secundar la iniciativa municipal. Como ya se sabe que lo verde vende, y que las medidas que se disfrazan de moda calan antes, ahora lo que se lleva en la ciudad es beber agua corriente, que de corriente no tiene nada, puesto que ya se han puesto a la venta varios inventos para customizar el agua municipal.


España, sin embargo, va por detrás en esta moda ecológica. Las tiendas gourmet afirman que el mercado del agua de diseño sigue en aumento. Los restaurantes mantienen sus cartas de aguas. Algunos, incluso, tienen sumiller que cata el líquido y lo "marida" con la comida. Además, nuestro país es, según datos de la Asociación Nacional de Agua de Bebida Envasada -ANABE-, uno de los principales consumidores de este producto en Europa, sólo por detrás de Italia y Bélgica, y el quinto del mundo. De hecho, en 2005, el consumo de agua envasada per cápita alcanzó los 124 litros al año. Una de las razones del aumento constante del consumo de agua embotellada en nuestro país (un 5,5% en el último año) es la mala calidad del agua en zonas como Levante, Canarias y Baleares. Eso sí, en descargo ecológico de las productoras patrias hay que decir que el agua que se embotella en España proviene del territorio nacional y se vende en el mismo, salvo un escaso 1% que se dedica a la exportación.


El incremento del 94% en el precio del agua corriente anunciado por el Gobierno para los próximos tres años no será un impulso para abrir el grifo. Eso sí, estas medidas, que, en virtud a una directiva europea, equiparan el precio real del agua con el que paga el consumidor, buscan fomentar el ahorro en un bien cada vez más escaso.


No deja de ser curioso que cuando toca apretarse el bolsillo no nos acordemos de las buenas intenciones. Ayer la BBC hizo público un estudio realizado en 21 países que concluía que la mayoría de los ciudadanos consultados estarían dispuestos a pagar más para frenar los efectos del cambio climático. Sólo habrá que esperar a que la tarifa del agua refleje el aumento anunciado por el Gobierno para comprobar la veracidad del estudio en nuestro país. Y es que, a juzgar por por subidas de precio anteriores las protestas no se harán esperar.



El reciclaje del día: las vidas de una botella de agua



Mucha imaginación, una botella de agua y un poco de maña. Con estos ingredientes la artista michelle brand, según recoge el blog Flores en el ático, fabrica cortinas y lámparas. Desde Ecofactory proponen una cartera 'hecha a mano' con dos culos de botella y una cremallera.
Y tú, ¿qué haces con las botellas? Mándanos tu reciclaje.

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