Las tiendas generalistas, expertas como ningunas en grandes acciones de marketing, siguen con la tendencia de contratar diseñadores famosos o estrellas con estilo para crear colecciones. La acción publicitaria tiene el éxito garantizado pero ¿Cómo funcionan la venta de esta ropa?
Hay de todo. La última de Cavalli par H&M voló en diez minutos. Kate Moss colapsó Oxford Street con la presentación de su primera colección. Cientos de periodistas, la modelo posando cual maniquí en el escaparate, larguísimas colas, sólo organizadas como un inglés sabe hacer, con turnos de veinte minutos para comprar un máximo de cinco prendas y amenizadas con comida y bebida. Resultado: tres millones de libras en la primera semana y la propia Moss alucinando con la respuesta de la gente. Dicen que mientras posaba en el escaparate se le oyó decir "Pues si que se va a forrar el jodido de Green" , refiréndose al dueño de la cadena británica.
Kate Moss posando en el escaparate de Topshop en Oxford Street, Londres.
Sin embargo, sorprende que la colección de invierno de la modelo esté intacta en las perchas, en la única tienda que Topshop tiene en Madrid. Bueno, quizá el estilo puramente "british" de Moss no cale tan hondo entre las españolas.
Probemos en cadena y estrella nacional.
Si vas a Mango, donde llevan vendiendo desde hace mes y medio la ropa diseñada por las "hermanísimas Cruz", encontrarás disponible gran parte de los diseños, eso si, de talla 38 para arriba. ¿Qué está pasando? ¿Grandes expectativas para colecciones que luego decepcionan por ser aburridas en diseño y pobres en tejido? Lo cierto es que las firmas siguen apostando por esta estrategia y ya se rumorea que Jenifer López será la próxima en trabajar para Topshop.
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