El 10% de los españoles no son españoles. En nuestro país hay 4.483 millones de extranjeros, según un estudio difundido hoy por TNS Worldpanel -empresa dedicada al análisis de mercados-. Son ellos los que impulsan el sector del gran consumo (alimentación y droguería): la tercera parte del crecimiento en este negocio (un 4,5% en 2007) es gracias a sus compras.
Todos somos iguales ante la ley, pero no ante el supermercado. Los inmigrantes van menos a la compra, pero llenan más los carros. Además, los extranjeros no buscan productos saludables tanto como los nacionales, de acuerdo a los datos de TNS. Lógicamente, no están tan apegados a la dieta mediterránea y su gasto en cruasanes, nata, frutos secos y galletas rellenas es "muy superior al de la media española".
Además, TNS afirma que se fijan más en el precio, lo que hace que compren más marcas de distribución (productos sin marca) -a pesar de que confían menos en su calidad que los nacionales-. En cambio, compran menos comida fresca perecedera.
Aunque el informe de TNS no lo dice, Germania, de Ecuador, apunta a que no es que no compren productos frescos, sino que no lo hacen en el supermercado. Ella la verdura y la fruta la compra en el Rastro. Caridad, de Perú, también prefiere el mercado para la carne y la fruta.
Caridad se gasta unos 400 euros al mes en la compra. Germania, 200. En total, los inmigrantes aportan casi 3.700 euros al año sólo en gran consumo, según TNS. No obstante, todavía es el 8% menos que la media de hogares españoles.
Otra cosa que hacen menos los inmigrantes es quejarse. Agustina Laguna, presidenta de la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI), asegura que "denuncian poco" en parte porque muchos no conocen sus derechos y no se dan cuenta cuando se los pisotean. Muchos otros no protestan porque son ilegales. Sin embargo, Laguna asegura que tener papeles y tener derechos no son sinónimos. Simplemente por consumir son consumidores, y como tal tienen los mismos derechos que el más paleto de la España profunda.
Los distribuidores, por su parte, no dejan escapar un nicho de mercado tan suculento. Tanto Eroski como Carrefour ofrecen surtidos especialmente pensados para turistas e inmigrantes con nostalgia gastronómica.
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