martes, 9 de octubre de 2007

El arte es de todos, corta tu trozo

Rajar un cuadro del Museo del Prado puede resultar fácil. El arco detector pita cuando un turista intenta entrar con monedas en el bolsillo y el reloj puesto. Se calla a la tercera, cuando se ha quitado hasta el cinturón. Después de él, un cuchillo de más de 7 centímetros de hoja pasa sin problemas en el bolsillo de un joven.

Por el Prado se pasea tranquilamente con un cuchillo metido en unas hojas



El domingo, cinco personas agredieron un cuadro de Monet en París. Quizá por lo reciente de esta notica choca especialmente la facilidad con que se introduce un cuchillo de cocina en el principal museo de Madrid. Y otros centros de arte refuerzan la sorpresa. En el museo Thyssen-Bornemisza no se pueden meter mochilas, comida ni raquetas de tenis -reza un cartel en la entrada-, pero un cuchillo recorre desapercibido los pasillos.



"Vista de la Plaza San Marcos en Venecia" Canaletto (1723), Museo Thyssen-Bornemisza



En estos museos hay varias medidas de seguridad. Cámaras de vídeo, casi un vigilante en cada sala, cristales y mamparas protegen las obras de arte, a la vista está que no con la debida eficacia. La infalibilidad de los detectores de metales del Prado ya ha quedado probada, y tampoco parece muy útil el que te obliguen a dejar la mochila en el ropero, "no vayas a golpear sin querer una escultura", de acuerdo a la respuesta de la chica del guardarropa cuando le preguntas el porqué.


El momento de actuar llega cuando el guardia se levanta a pasear y no hay mucha gente. Entonces busca una vía rápida de escape, porque la broma puede costar tres años de cárcel. Si te pillan...




"La Fragua de Vulcano" de Velázquez, en el Museo del Prado

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