El mes de octubre está siendo pródigo en robos pintorescos. Un ladrón se hizo a principios de mes con la bicicleta con la que Bettini ganó el Mundial de ciclismo en Stuttgart. Como una nueva versión de El ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica. La Policía española, por su parte, investiga el robo de 50 felpudos en diferentes sucursales del BBVA. Estos hechos, que parecen meras anécdotas, suponen un coste enorme para sus respectivos dueños. Cada uno de los felpudos robados está valorado en 700 euros, y el coste de las 20 bicicletas robadas a Bettini y a sus compañeros de equipo asciende a 150.000 euros.
Las placas solares también son uno de los objetivos de las modernas bandas de ladrones. La prueba es una operación de la Guardia Civil en la que se han intervenido 2.000 placas solares, con un coste de un millón y medio de euros. Los 20 delincuentes detenidos vendían el material en Marruecos.
Pero el golpe del mes es el de un ladrón chino, que entró a robar en una casa y, al darse cuenta de que estaba deshabitada, decidió quedarse a vivir en ella. El dueño de la propiedad llegó cinco días más tarde y se encontró con el ladrón durmiendo en su cama. Yang, que así se apellida el ladrón, ha sido condenado a seis meses por allanamiento de morada, si bien no ha sido imputado por robo, a pesar de haber vaciado el frigorífico de la casa por completo.
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