Si tomamos en cuenta la cena de ayer, el cóctel de hoy, y la apertura gratuita que tendrá lugar en el Museo del Prado el resto de esta semana con motivo de la inauguración de sus nuevos espacios, el modelo adoptado por el recinto se asemeja en ímpetu al Sanferminero. Desgraciadamente, al chupinazo no fuimos invitados los de a pie.
Unas doscientas personas esperaron este mediodía a las puertas del Prado junto a la estatua de Velázquez y junto a los Jerónimos a que alguien les resolviera cuándo por fin podrían entrar a ver la que, según el director del recinto, Miguel Zugaza, es la “colección de pintura moderna española más importante del mundo”.
Se trata de 95 pinturas distribuidas en nueve salas que resumen la historia del arte español del siglo XIX, de Goya a Soroya. El proyecto costó unos 152 millones de euros y tardó cinco años en edificarse.
La gran fiesta inaugural se clausuró a puertas de la polémica obra del Arquitecto Moneo, que ha dado un toque sobrio y moderno al claustro de los Jerónimos, de estilo mudéjar.Si como muchos te has perdido la fiesta, ya has podido ver aquí cómo se lo han pasado los Marichalar, Altezas, “Zapatitos”, y un nuevo amigo, el tío Sebas.
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