lunes, 1 de octubre de 2007

Sexo en el despacho de papá

Su padre ni se lo imagina pero Jose, cuando quiere acostarse con su pareja, toma prestadas las llaves del despacho familiar y con cuidado de no hacer ruido y no encender la luz utiliza la mesa de la oficina como cama. Después ordena las carpetas, los folios y la calculadora y vuelve a dejar las llaves en la librería de su casa. No es que Jose busque el morbo de lo prohibido, sino que la prohibición de mantener relaciones sexuales en la casa que comparte con sus padres le ha hecho buscar alternativas. Sin embargo, no todos los jóvenes tienen la posibilidad de practicar sexo en un lugar protegido.



Las playas, los descampados y los parques suelen ser un destino elegido por los chavales que no tienen la opción de acudir a un lugar más resguardado. Se aprovecha la oscuridad y el retiro de las zonas ajardinadas para tener intimidad, pero estos factores, además de intimidad, implican peligro. Los recientes sucesos del parque del Oeste de Madrid, en los que un joven violó a cuatro chicas de entre 18 y 25 años que habían acudido con sus parejas al parque, así lo prueban.



Pocos son los padres que permiten a sus hijos mantener relaciones en casa y éstos deben apañarse. "Mi madre es muy chapada a la antigua y, mientras viva en su casa, conmigo no duerme nadie", explica María (nombre falso) madrileña de 23 años. Por eso la joven y su novio cogen el coche los fines de semana y se van al parking de la Complutense. "Está muy oscuro y por ahí no pasa nadie que no vaya a lo mismo. Además los de seguridad no molestan", dice. ¿Y los que no tienen coche? Pues se tienen que conformar con lugares al aire libre o baños de bares, portales, trasteros...



"Los jóvenes van a mantener relaciones sí o sí. No digo que sea obligatorio dejarles un hueco en casa para que lo hagan. Cada familia debe buscar sus cauces y eso sólo se encuentra si hay diálogo", explica Iván Rotella, vocal de la Asociación Estatal de Profesionales de Sexología. Los jóvenes empiezan a mantener relaciones sexuales con 16 años. Ésta es la media oficial y, sin embargo, la asociación advierte de que los chavales practican sexo desde los 14 o 15 años, lo que implica que la mayor parte de las veces que se habla con los hijos de sexo se llegue tarde. "A los padres les cuesta ver a sus hijos como personas activas sexualmente", explica Rotaella. Mucho más les cuesta, por tanto, facilitarles un lugar para acostarse con sus parejas, aunque ya hay quien lo hace. "Son padres de todos los estratos, no hay un perfil concreto. Lo único que tienen en común es que dialogan con sus hijos, saben que practican sexo y prefieren que lo hagan en casa que en un descampado", explica el sexólogo.



Los poderes públicos, por el momento, no entran en el asunto. Algunas propuestas como habilitar un parque para que vayan los jóvenes, o crear una red de albergues en Extremadura no prosperararon. Las experiencias de otros lugares como Japón o Italia tampoco parecen exportables. "Es peligrosa la pérdida de intimidad. Que todo el mundo sepa que quien entra en determinado lugar va a practicar sexo", advierte Rotaella. Los partidos políticos tampoco parecen preocupados por el tema. Tanto PP como PSOE e IU aseguran no tener conocimiento de que su partido cuente con alguna alternativa para que los jóvenes puedan tener sexo seguro en lugares seguros.



Mientras los partidos miran para otro lado les corresponde a los jóvenes buscarse la vida. La consulta del padre de Ramón, con dos ambientes: sala de espera y consulta , ha sido testigo de muchos escarceos. Otras alternativas son la casa de la abuela cuando se va al pueblo, una colchoneta en el trastero, el coche, el descansillo del último piso y la casa de veraneo. Y, claro, aprovechar que los padres se vayan de cena para invitar a la pareja. Que como en casa en ningún sitio.

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