Los familiares de las víctimas de los atentados terroristas que asolaron Madrid el 11 de marzo de 2004 han recibido la sentencia con rabia, desolación e impotencia. La mayoría de las personas que acudieron a las instalaciones de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo no entienden las razones del tribunal para absolver a Rabei Osman, alias “El Egipcio”, acusado de ser inductor del movimiento “yihaidista” en la capital de España y que, según la Fiscalía, era el supuesto autor intelectual de la masacre.
“Esta sentencia es una vergüenza, porque es tremendamente injusta”, señaló Maribel Presa, madre de una joven de 24 años que falleció aquel fatídico día en los trenes de Atocha. En su opinión las condenas impuestas a los acusados son muy cortas. “Sabíamos que las culpas serían para los terroristas que se suicidaron en los atentados de Leganés y que los demás se irían de rositas”.
Otra madre de un fallecido en las explosiones, Carmen Aguado, está desolada. Según declara entre sollozos, “tenía esperanza en que al final el peso de la ley caería sobre los culpables”, pero ahora se siente engañada. Critica la sentencia porque “el juez ha tenido muchos miramientos con los terroristas”.
Eutiquio Gutierrez, marido de una mujer asesinada en los atentados, protestó también por la tibieza de las condenas. Cree que “los culpables verdaderos siguen sueltos”. La misma valoración hace Carlos Jeria, que perdió a su yerno en la masacre. “No estaban en el banquillo todos los que deberían estar, declaró tras conocerse la decisión del tribunal. Jería atacó con dureza al sistema judicial español por considerar que “estamos acostumbrados a que las sentencias no sean ejemplares”.
Aunque la mayoría de los asistentes a la lectura de la sentencia salieron entre sollozos de la sala, algunos familiares defendieron que “se ha hecho justicia, aunque existe algún cabo suelto”. Nunca llueve al gusto de todos, pero en esta ocasión eran muchos más los críticos con el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez que los aduladores.
Pliar Manjón, presidenta de la Asociación de Víctimas del 11-M, ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo. Cree que las penas impuestas son demasiado laxas. Mientras, la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, María Ángeles Domínguez, está preocupada por el método que se usará para pagar las indemnizaciones: “no sabemos como se va a valorar a las víctimas que tengas secuelas no invalidantes”. La cuantía económica mínima será de 30.000 euros, y la máxima de un millón y medio.
Autores "ideológicos"
El abogado Juan Carlos Rodríguez Segura, que representa a una acusación particular [de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)], puso el énfasis también en el "desconocimiento" de los tribunales sobre los "autores ideológicos", así como en la absolución de "El egipcio". El letrado defendió la tesis de que "hay que seguir investigando porque hay mucha más gente implicada”.
José María de Pablo, abogado de la "Asociación Ayuda a las Víctimas del 11 de Marzo", coincidió con las críticas de su colega Rodríguez Segura, aunque aplaudió que se haya demostrado la autenticidad de la mochila de Vallecas -que no explotó y que fue una pieza clave para conocer el tipo de detonador, así como los explosivos empleados-.
La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, declinó valorar la sentencia por no conocerla en "profundidad" y afirmó tener "una gran confianza" en el juez. "Ha realizado su trabajo buscando la justicia y la verdad jurídica" con los instrumentos que tenía a su alcance, destacó la presidenta de la fundación, quien indicó que Gómez Bermúdez es "un hombre con un enorme amor por la ejecución de las leyes y una enorme sensibilidad con las personas afectadas con algo tan terrible como el atentado de los trenes de Madrid".
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