viernes, 7 de diciembre de 2007

La gran mentira de un muerto viviente

Hace días Inglaterra se despertaba con la noticia de que un hombre, al que se le daba por muerto desde hace cinco años, aparecía en una comisaría y le espetaba al policía "Creo que soy un desaparecido". El hombre parecía desorientado y aseguraba haber perdido totalmente la memoria. La noticia rápidamente trasciende y ocupa las portadas de los diarios ingleses. La historia se presenta como un milagro. John Darwin había tenido un accidente de canoa, en el Mar del Norte , y los equipos de rescate sólo habían logrado recuperar los restos de la embarcación y un remo. Nunca el cuerpo. Su "viuda", ante tan insustituible pérdida, se muda a Panamá con el objetivo de empezar una nueva vida alejada de los recuerdos que le traía el hogar que compartía con su marido, un profesor de biología.

Qué bonita historia de reencuentro milagroso, sobre todo ahora que es Navidad, si no fuese porque es todo mentira. Ni el hombre había tenido un accidente, ni había perdido la memoria, ni nada. No se sientan estafados, ni crean que su ingenuidad no tiene límites porque hasta sus propios hijos se creyeron esta gran mentira.

Según publica The guardian, los investigadores habían creído la historia hasta que una internauta, alucinada por tan cinematográfico relato, introduce el nombre de Darwin y de su mujer en google y le aparece una foto de la pareja muy sonriente en Panamá. Con un par de "clicks" desmonta un engaño que duraba ya cinco años. Ahora el "muerto resucitado" se enfrenta a una pena por fraude.

El matrimonio Darwin vivía una segunda juventud en Panamá, mientras el resto del mundo, incluídos sus hijos, pensaba que John había fallecido en trágicas circunstancias.

Al parecer, el matrimonio pensó que era buena idea fingir la muerte de John para poder cobrar el seguro de vida y hacer frente a unas deudas. Estos padres, que vivían una segunda juventud en el Panamá, no tuvieron a bien comentarles a sus hijos que el padre seguía vivo. Los chicos dicen estar atónitos con la noticia. "¿Qué clase de madre soy? He mentido a mis propios hijos. Ellos nunca me perdonarán. Nunca debí hacer escuchado a John, pero él puede ser tan persuasivo", se lamenta Mrs Darwin en el Daily Mirror.


Está previsto que la mujer llegue hoy a Inglaterra para contarles a sus hijos lo ocurrido. "Una mentira seguía otra hasta que mi vida se convirtió en una gran mentira", explica Anne Darwin. De película.

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