martes, 4 de diciembre de 2007

Dónde están, no se ven...



Las jóvenes deciden ocultar sus rostros

S.R.V./L.M.A./M.M

Los adolescentes brillan por su ausencia en la concentración de la Puerta de Alcalá. De 17 años para arriba, ya hay alguno más. Alba B., precisamente de 17 años, es de las que sí ha ido. No está allí sola, pero no ha ido nadie de su clase. Sus compañeros pasan de política.

Alba ha venido con otros cinco chavales que rondan los 20 años. Todos lucen banderas de España y pancartas con un mensaje unívoco. "Negociación no". La condena a ETA y al terrorismo no figura en sus carteles.

Carmen Pacheco, de 21 años, se centra en motivos parecidos. No era asidua a las manifestaciones, pero un artículo de Irene Villa la empujó a aficionarse. De aquel texto le marcó una idea: por qué no se negoció cuando Irene todavía tenía piernas. Desde entonces, ha acudido a la manifestación por el atentado de la T-4 y a la de "No en mi nombre". Según ella, el gobierno ha vuelto a negociar con ETA y no se puede consentir. "La bala de Miguel Ángel Blanco la pagamos todos", argumenta Carmen para explicar que si permitimos la representación institucional del entorno de ETA todos seremos responsables de lo que haga la banda terrorista.

El gesto de Carlos Collado, de 18 años, despierta por igual admiración y detracción. El joven arruga un papel en la cara del hombre que se lo ha dado. Es un panfleto contra la negociación con ETA, contra la política antiterrorista del PSOE. "Yo no estoy aquí por esto", afirma.

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