jueves, 27 de septiembre de 2007

El mejor remedio contra la obesidad es ponerse a régimen... comunista

La crisis económica cubana de 1989 a 2000 fue beneficiosa para la salud de la población, según un estudio recién publicado. El difícil acceso a la gasolina provocó un mayor número de ciclistas y paseantes en las calles. El enorme coste de comprar un paquete de cigarrillos redujo los índices de tabaquismo. Y la falta de dinero se tradujo en una saludable reducción de la ingesta calórica. Una de las consecuencias fue la disminución en algunas partes de la isla de un 50% en la obesidad durante el período de 1991 a 1995.


Mientras, los países con mayor desarrollo económico no dejan de improvisar estrategias para combatir los crecientes niveles de obesidad. La última innovación procede de Australia y consiste en un plan para dar una bonificación económica a aquellas personas que suscriban un programa para perder peso en 12 semanas. Otra de las estrategias más largamente debatidas es la aplicación de un impuesto especial para los restaurantes de 'comida basura'. Estas medidas tratan de prevenir los perjuicios que la obesidad provoca en la salud, en un momento en que los índices de sobrepeso y obesidad no dejan de crecer.


La crisis económica mejoró la salud de los cubanos.
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La pérdida de subsidios soviéticos y el reforzamiento del embargo estadounidense sumieron a Cuba en una crisis económica en 1989, que supuso una caída de su Producto Interior Bruto en un 35% entre los años 1989 y 1993. Este periodo de crisis trajo consecuencias beneficiosas para la salud, según recoge un estudio de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos. Las tasas de mortalidad en aquellos años sufrieron una gran disminución: la mortalidad por diabetes se redujo en un 51%, por enfermedad coronaria en un 35% y por enfermedad isquémica cerebral en un 20%.


No todas las consecuencias de la crisis fueron positivas para la salud, pues se registró un leve aumento en la tasa de mortalidad infantil y de ancianos, y se dio un brote de neuropatía óptica, posiblemente causado por la mala nutrición. En cualquier caso, las consecuencias de la crisis fueron más beneficiosas que perjudiciales, según explica a Efe José Tapia, coautor español del estudio.


En Australia, donde el 60% de la población es obesa o padece sobrepeso, un colectivo de médicos ha propuesto ayudas económicas de algo más de 100 euros para personas que se acojan a un plan de adelgazamiento. Otros doctores han puesto en duda la eficacia de este tipo de medidas a corto plazo para combatir la obesidad. Esta medida trata de reducir el coste de las enfermedades derivadas de la obesidad para la salud pública.


Esta es la cabecera de "Las increíbles aventuras del asombroso detective de la comida". Es un juego de Internet para enseñar a los niños a comer sano.

El mayor índice de obesos lo tiene Estados Unidos (un 32,2% en 2004). Una de las medidas 'Made in USA' para combatir esta enfermedad es la creación de un impuesto especial para los restaurantes de 'comida basura', que también se debate en el Reino Unido. Sin embargo, esta propuesta está cargada de polémica. En primer lugar, por una intrusión excesiva del Estado en la libertad de elección. Y segundo, porque afecta en mayor grado a la población pobre, que recurre más a los precios asequibles de la comida rápida.


La creciente obesidad infantil y juvenil es especialmente preocupante (en España ya alcanza al 13,9% de los jóvenes de entre 2 y 24 años). Para concienciar al público más joven se han creado videojuegos contra la obesidad, como "Las increíbles aventuras del asombroso detective de la comida" en Estados Unidos. El juego está disponible en español y se puede acceder desde la página de sus creadores, Kaiser Permanente, que es la principal organización proveedora de salud en Estados Unidos.

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